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  • Foto del escritorginavela

Libérate de convertir tu vida en una maratón interminable y confía en el proceso


Buena parte de nuestra vida podemos pasar tiempo corriendo y persiguiendo una meta tanto que no disfrutamos del viaje que nos hace llegar allí, o por el contrario, también podemos estar sentadas frente al timón de nuestro barco, tener las manos atadas, por propia elección y dejamos que las circunstancias externas piloteen nuestra nave para luego ir apagando fuegos a nuestro paso, llegando a donde nos lleve el viento, sin tener el control.


Es interesante cuando podemos hacer una observación del momento en el que estamos, hacer una parada y no esperar a tener que apagar el incendio que llega sin pedir permiso. Y plantearnos realmente cómo tener ese equilibrio.


Si estamos desde la obsesión por lograr algo, imprimimos indiscutiblemente, nuestra desesperación y ansiedad en esas acciones para llegar allí de tal forma que estamos emitiendo la energía contraria al universo, y lo más probable es que eso que tanto anhelamos no llegue.


No ponemos el foco en todas aquellas pequeñas tareas que vamos realizando en el camino para llegar allí, porque estamos inmersos en esa cultura de inmediatez, que ni siquiera nos detenemos a celebrar ese pequeño esfuerzo de cada día, ni nos percatamos con orgullo de todos esos obstáculos que vamos superando.


Para llegar a la meta es indispensable, poder accionar en cada paso, con inteligencia y con compromiso pero al mismo tiempo con la tranquilidad de poder celebrar cada pequeño detalle.

Si volvemos a atarnos las zapatillas, cada meta lograda, ponemos nuestro foco en la próxima carrera y dejamos de lado ese momento auténtico y verdadero que tenemos en nuestra presencia en el día a día, en saber estar para ti misma y para tus relaciones más cercanas.


Si mantenemos ese ritmo de carrera, es muy probable que en algún punto de este recorrido, nos falte el aire, estemos sin fuerza y no podamos seguir corriendo.

Entonces si aún no llegas a ese logro tan deseado, ¿estás tomando en cuenta el camino que te lleva a ella? En definitiva, ¡¿te percataste lo delicioso que es ya estar disfrutando ese camino?!

¿Dónde está puesto tu foco? ¿Recoges las lecciones de cada experiencia? O ¿estas sintiendo constante derrota y sientes tus manos vacías?


ALERTA ROJA: puedes haber estado viviendo tu vida en esa maratón que nunca acaba… y te concentras demasiado en generar resultados que perdiste de vista las recompensas del camino.


"En mi experiencia, estuve en querer lograr objetivos desde la ansiedad de lograrlo, desde la obsesión de llegar allí, perdiendo el sabor en los labios de cada logro durante mi camino hacia lo que quiero, lo cual me generaba mucha frustración."

Muchos retos alcanzados no son necesariamente la garantía de la felicidad.

De hecho ese stress por llegar a ellos puede incluso causar un gran desbalance en tu cuerpo físico y sútil. Y pasa cuando no vamos disfrutando del proceso de la manifestación de nuestros sueños que incluyen tiempo, dedicación, observación, auto-sanación y auto-cuidado.


Es muy importante absorber las lecciones que encuentras en el camino porque todos estas lecciones bien recogidas, incluso más de las situaciones difíciles, son los que construyen los pilares que soportaran el peso de tus sueños.


¿Cómo podemos disfrutar y aprender de ese camino?

Tus logros comienzan a ser importantes para ti, cuando eres consciente tanto de los esfuerzos y fracasos que vas experimentando, ambos polos necesarios para dar ese salto cuántico, además de celebrar las pequeñas victorias que vas obteniendo.



Recuerda que la verdadera riqueza la encuentras en el camino, y en el trascender tu existencia en esta tu experiencia única de vida en la escuela tierra.

Necesitamos estar presentes en el trayecto, lo cual no significa olvidar nuestros anhelos ni tareas. Es ir más allá y poder descubrir cada una de las enseñanzas que conlleva el proceso y encarnar esos aprendizajes que estamos viviendo.

CULTIVA ACTIVAMENTE:


1. LA PACIENCIA:


¿Te desesperas con facilidad pensando en los resultados que no has obtenido?

¿Crees que eres lenta y te preocupa el tiempo que estás invirtiendo en construir tus sueños?


Con frecuencia dejamos que el estrés y la ansiedad tomen el control de nuestra vida, es normal, todos pasamos por ahí, sin embargo, cuando puedes observarlo entiendes que tomar las decisiones y acciones desde esa emoción nos pueden generan caos interno al alejamos completamente de lo que queremos por esa energía en contra que llevamos.
Pon en calma esas emociones, aléjate de la impulsividad y la obsesión, respira y entra en calma.

Cuestiona la prisa que te has impuesto: ¿Es realmente necesario que perjudiques la relación que tienes contigo misma? ¿Qué pasaría si te enfocas en dar un paso a la vez?

Te liberarías de la carga tan pesada que generan tus expectativas.

Haz una lista de todas las situaciones que necesitan de mayor paciencia en tu vida.


2. OBSERVACIÓN:

Cuando desarrollas un espíritu paciente, preparas tu mente para ser más consciente de lo que te rodea. Entendiendo que todas las cosas que nos suceden encierran un mensaje importante y que en los detalles, se encuentra información clave para darles significado.
La observación también nos permite anticiparnos a nuestras emociones y manejarlas de una forma más sabia. Al comprender que está sucediendo realmente en el entorno, descubrirás que muchos de los pensamientos que te angustian, nacen de suposiciones y no de hechos reales.

Escribe todos los días un aprendizaje del día. Detalla la lección, en qué momento sucedió, quienes estuvieron involucradas y cómo puedes aplicar este nuevo conocimiento en el camino hacia tus sueños.


No olvides que ambas actitudes requieren de tu constancia y consistencia en las acciones desde la inspiración y que se complementan con la gratitud.


Cuando descubres regalos en cada cosa que pasa en tu vida, te separas del ego, elevas tu energía y tu capacidad de crear un propósito que sea útil para ti y para otros.



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