¿Cómo ganarle la batalla al miedo? EL MIEDO, TU MEJOR MAESTRO
- ginavela
- 5 oct 2020
- 7 Min. de lectura
Actualizado: 17 oct 2020
Este no es un post para ofrecer frases o tips que te hagan quitar o rechazar el miedo de tu vida… he experimentado al igual que tú, que deshacerte del miedo es prácticamente ¡IMPOSIBLE! Así que con esta premisa, no ajustes, o te contraigas, no bajes tu mirada y lo des todo por perdido, que no te paralice, cada vez que aparezca, sólo míralo y respira… obsérvalo y escucha lo que tiene que decirte… se consciente que aparece y abrázalo…hazte amigo de él. ¿Cómo? Te cuento mi experiencia.
No puedo darte el secreto de cómo vencer el miedo, soy una común terrícola humana, así cómo tú, y he estado tan enfadada con el miedo tanto tiempo por hacerme sentir incapacitada, que, de hecho, sería la menos indicada para hablar de este sentimiento tan potente, pero como justamente he pasado por muchos momentos que le he tenido terror al miedo, como si fuese el peor fantasma que aparece en mi vida cada vez que quiero lograr algo importante e intentar ser fiel a mi mujer salvaje e intuitiva. Por esta razón, me doy el super lujo, de hoy, justo hoy, hablar del miedo… hoy que atravieso el mayor miedo de mi existencia…. la posibilidad de perder al gran amor de mi vida, mi madre.
Y con lo paradójico que es la vida, con sus altos y bajos, y con todas las curiosidades que toda esta aventura amerita, les cuento, muy orgullosa, algo del otro lado de la moneda, y esto es que también, así como tú, he experimentado ¡el valor!.
A lo largo de mi vida, he sentido mucho momentos de tanto valor, mucho coraje y valentía, que me hicieron sorprenderme gratamente de mi misma, llenándome completamente de gran felicidad y plenitud, al sentirme luchando en primera línea de batalla frente a ese gran sueño que podía concebir y luego lográndolo.
Fue realmente maravilloso sentirme completa, al verme atravesar y dar esos grandes saltos y luego mirar hacia atrás y sentirme tan orgullosa, un sentimiento que no es tan fácil de describir, pero que te llena el alma, degustarlo.
Cómo la vida es una aventura ondulante, está claro que cada día nos sorprende con acontecimientos diversos, frente los cuales, uno tiene que tomar decisiones, y prioritariamente, tienes que aprender a sobrellevarlos de la mejor forma, intentando ser lo más fiel a tu intuición y a la esencia de tu alma pura.
Me recuerdo, a mis 30, surfeando la ola de la vida independiente en España, intentando aprender a vivir sola, en un país que no era el mío, agotada por la sobrevivencia, la cultura ajena, el trabajo intenso de lo que encontraba, a duras penas, por mi calidad de visa de estudiante, y sola, sin mi familia, con dos o tres amigos, que se convirtieron en mi columna vertebral para poder subsistir… fueron momentos “díficiles”, puras lecciones de vida muy intensas, que me complicaban y me hacía sentir sola y vacía, y aquí pude tener tan claro que lo único que quería en esta vida era básicamente ser feliz, lo tenía escrito en la ventana de vidrio de mi habitación de paredes rojas del departamento que compartía.
Mis días eran muy parecidos el uno al otro, despertaba con el cielo madrileño aún de noche, muy temprano, tomaba el metro y a las 7am ya estaba trabajando en una estación de metro, dando información a los turistas sobre el uso del transporte subterráneo.
Cuando de repente, algo dentro de mí me llenó el alma, y canalicé un mensaje que me llegaba de la gran fuente. “Canalizar”, lo digo desde la simpleza de haberme escuchado en lo más hondo, de encontrarme en mi centro a pesar de mi soledad y tristeza, y poder oír lo que mi esencia me pedía y de tan solo sentirlo venir, tan solo con visualizar ese grito de mi espíritu, me di cuenta que quería hacer “un viaje”, ese gran viaje, en el cual podía entregar mi ayuda y apoyo existencial a personas que realmente lo necesiten, era una idea "intensa" que de pronto me llenó, y algo dentro mío me exigía moverme del nivel de supervivencia en esa metrópoli poco amigable a darle un sentido real a mi vida, dónde pudiera dar lo mejor de mí a alguien que lo necesite y pueda brindarle algo positivo en sus vidas.
Cuando comentaba mi idea a mi familia y amigos, me tildaban de loca, ellos querían entender la razón que me llevaba a hacer “tremenda hazaña”, me hablaban de las dificultades, de lo peligroso que podía ser… de lo que me podía pasar negativamente, pero yo no escuche ninguna de esas historias, solo perserveré. Busqué diversas opciones, no tenía un norte fijo, hasta que me llegó la luz y no sólo pude entender de qué se trataba todo este deseo que venía de adentro, sino que pude visualizarlo, y empezar, con una energía increíble, a construir este sueño hacia concretarlo en su realidad.
Tuve que pasar por varios retos que tenía que solucionar en el camino para lograr llegar a Calcutta, mi gran destino final. Un par de meses de preparación para luego llegar a esa gran ciudad, llena de ruido y de gente por doquier, pude hacer ese sueño real y entregarme a mi experiencia de ayuda humanitaria en las diversas casas de acogida de la Madre Teresa de Calcutta y otras organizaciones. La experiencia me llenó de amor, de plenitud, y el hecho de entregarme por completo a la experiencia, me dio a cambio múltiples regalos que guardo en mi corazón de por vida. No recuerdo una experiencia de tanta retroalimentación.
Cuando te llenas de valentía, emprendes el camino y actúas aún teniendo miedo, "la acción fortalece tu espíritu", para dar esos grandes saltos y recibes muchos regalos, la valentía se premia porque actúas desde el amor y elevas tu nivel de consciencia.
Otro momento que me llenó de coraje y valentía, fueron mis dos partos en el agua. Incluso el primero que podía haber sido el más difícil porque pocos días antes de parir, me hicieron la última ecografía y me dijeron que la niña venía con el cordón con doble vuelta al cuello, dato que me aterró, y me hacía querer echarme para atrás. Pero mi gran maestra, Angela Brocker, con quién parí me lleno de valentía para poder aventurarme a este suceso de la forma más fiel a mí, y con todos los planes de contingencia paralelos súper claros, pude darle nacimiento a mi tribu tal como lo soñé, e iniciar con gran satisfacción esta nueva etapa en mi vida.
Siempre existen múltiples razones para no ser fiel a nuestros deseos más íntimos, siempre el miedo llega con esa voz tan alta, que puede entorpecer tus más grandes anhelos, y aunque lo deseas desde el fondo de tu corazón, el miedo muchas veces se apodera de uno, y dilata la vida que te espera del otro lado de ese gran salto. Existen procesos humanos en la vida que son inevitables y que necesitamos para nuestra sanación, aunque debemos observar hasta que momento ese proceso no te mantiene estancada. Y por otro lado, existe “la acción” que te lleva a poder entender esa aparición del gran miedo como el inicio de una oportunidad para solucionar de la mejor forma y tirarte a la piscina aún con temor.
En mi segundo parto, estaba yo más cómoda con la experiencia, porque ya había pasado por el primer parto y planeaba hacerlo igual con mi segunda bebe, tenía mucha confianza en mi maestra que había recibido a Camanti, mi hija mayor y sabía que iba a ser igual de pleno el recibimiento de mi Laia, la segunda. Sin embargo, Angela tenía un viaje programado en las fechas posibles de mi parto. Nuevamente ese miedo me invadió, un sentimiento que enfría y te saca del carril de ese sueño encaminado que a veces sientes o piensas que vas controlando… como esa ola que vas surfeando y que va muy bien… pero no… ahí llega el miedo una vez más para desafiarte e intenta apoderarse de ti, entra en tu cabeza y comienza a gritar ¡No lo vas a lograr!
Y aunque tuve muchas conversaciones con mi maestra, que me echaba para adelante, que me decía que ya lo había hecho antes y que ahora lo podía hacer hasta sola, yo me sentía paralizada. Angela me presentó a otra mujer cuzqueña de su entera confianza que podía asistirme. Y con todos los miedos que tuve que derrumbar, logre nuevamente dar a luz a mi pequeña Laia en el agua, al natural y en casa.
Cuento estas historias, con una razón muy potente, quiero compartir algo que me ha sucedido en un constante en mi vida, y aunque pueda tener estas historias tan lindas y tan llenas de coraje y de valentía que me haya llenado el corazón y el alma de amor y de valor! También puedo compartir otras historias en las que el miedo me ha paralizado muchas veces, y que no me han dejado seguir con mis sueños.
Y por esta razón honro a este sentimiento fantástico que se llama miedo porque tiene tantos lados como oportunidades para surgir como un ave fénix y resurgir de las cenizas, y enfocarlo de esta forma te da la opción de avanzar.
El miedo puede hacer trizas tus más grandes anhelos, te puede paralizar, estancar, dejar caer en el dolor o miseria, solo depende de tu poder de ver este sentimiento como una emoción más que está ahí, que te acompaña y que te advierte sobre múltiples opciones, como un aviso de la cantidad de oportunidades que tienes en este instante de tu vida.
Intenta no paralizarte, cuando haya un miedo, busca la acción y actúa aunque tengas miedo, como una prueba de confianza para tí, siendo fiel a ti misma desde tu esencia, EL AMOR.
No esperes a perderlo para generar acción, desde este campo, todos los miedos serán minimizados. Concéntrate en aquello que sea importante y bueno para ti, aprende a poner tu atención en las cosas buenas y positivas, y cuando aparezca el miedo, luego de escuchar lo que te tiene que decir, no te resistas a él, reconoce su presencia, y recuerda todas esas veces que has sido súper valiente y que has logrado pasar ese gran muro, ¿cómo te fue al dar ese salto?, ¿Cómo te sentiste luego de vencer el miedo?, te das cuenta que a veces no es para tanto, y prepárate para recibir todos los regalos que vienen luego de haber accionado, a pesar del miedo. ¿Qué te parece si lo tratas y me dices cómo te fue?
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